El ser humano es un “animal social” (Aristóteles, 284 – 322 a.C.), necesitamos vivir en colectividad, en grupo, para facilitarnos el crecimiento, maduración, protección y apego. Saber relacionarse, integrarse en los grupos e identificar aquellas relaciones que nos aportan o nos limitan, es fundamental para un desarrollo pleno de la vida. Estas habilidades de relación son claves con todas las personas, y en especial con los principales grupos, como son la familia, pareja y amigos.